ENJUVI
Las Religiosas de Jesús-María y jóvenes exalumnas de la ciudad de México participamos en el ENJUVI (Encuentro Juvenil Ignaciano) realizado en la Universidad Iberoamericana de León, del 23 al 25 de junio del presente 2017. Con las chicas realizamos un trabajo previo al Encuentro, oramos y reflexionamos sobre cómo cuidar nuestro Planeta, las fichas se basaron en la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco.
Vivimos la Eucaristía de inicio, presidió Mons. Alfonso Cortés Contreras, Arzobispo de León, quien nos hizo una invitación para la vida, para poner en práctica todos los días: hacer silencio y escuchar, a Dios, a nosotras mismas y a los demás. Pudimos percibir una gran riqueza en cada una de las actividades de este Encuentro, primero por la diversidad y también por las búsquedas interiores y la espiritualidad compartida.
Otra invitación y reto es convertirnos en ser Revolucionarios de la ternura y poner todo de nuestra parte para que lo podamos llevar a la práctica y no se quede en una bonita frase. El padre Ismael Bárcenas (mejor conocido como “Mayo”), nos ayudó a clarificar cómo si es posible un cambio y nos motivó a vivirlo.
El padre Jorge Ochoa nos guio dentro de la oración a tener un pequeño encuentro entre nosotros y con Jesús, nos impulsó a acercarnos a otros y sin decir nada, poder comunicarnos, dejar hablar al corazón a través de la mirada.
Este Encuentro nos llevó a desear comprometernos más, a tener pequeños gestos de cuidado a nuestro medio ambiente y de igual manera, cuidar nuestros modos de relacionarnos con los demás, con todos los que nos rodean, familiares, amigos y desconocidos.
Fuimos aproximadamente 400 jóvenes, familias de las parroquias cercanas a la Universidad nos abrieron sus puertas, nos recibieron para hospedarnos por las noches en sus casas y nos compartieron sus alimentos, un gesto de generosidad que nutrió no sólo el cuerpo sino también nuestro espíritu.
Tuvimos el inmenso gusto de escuchar el concierto del padre Cristobal Fones, éste fue también momento de oración, un impulso para volver a nuestra vida cotidiana con mayor alegría y compromiso con quienes nos rodean y para seguir cuidando nuestra Casa común.
“En el panel Revolucionarios de la Ternura, fuimos testigos de las personas que están dispuestas a servir a la gente necesitada como Daniela Aguirre, abogada del Centro Prodh, que auxilia y defiende los derechos humanos de tantas personas y colectivos excluidos, en situación de vulnerabilidad o de pobreza para que se respete plenamente su dignidad humana con justicia; Santiago García, ex-voluntario jesuita en la frontera sur del país, experimentó la necesidad de acompañar y escuchar a los migrantes con misericordia, que en aras de buscar un mejor horizonte de vida, abandonan sus países huyendo de condiciones adversas y dejando con dolor a sus familias; la hermana Magdalena Silva, fundadora de la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento de la Mujer Indígena e Inmigrante (Cafemin), comprometida en el proyecto de la Congregación de las Hermanas Josefinas para facilitar el asilo y proteger con esmero a tantos migrantes que llegan a la capital del país siendo víctimas del crimen y la marginación y el P. Alejandro Guerrero, que nos relató los inicios de su vocación y el incremento de ésta al estar en la misión de Bachajón, en Chiapas, pues conviviendo con comunidades indígenas choles, tseltales y zoques, develó una ferviente entrega por trabajar al servicio de la reconciliación y la paz”. (Tomado de Raúl Mora: https://raulmorag.wordpress.com/2017/07/09/laudate-enjuvi-2017/)
Los deseos de los jóvenes a lo largo del Encuentro fueron consensados y expresados en la Declaratoria final del Encuentro:
“Decimos si a reconocernos vinculados profundamente con Dios, con nosotros mismos y con la Creación.
Decimos si al diálogo y a comunión con la vida.
Decimos si al compromiso de cuidar y proteger nuestra casa común, valorando la Madre tierra como un ser vivo y no como un objeto que se aprovecha y se descarta.
Decimos si a ser revolucionarios, no desde la violencia y sin hacernos víctimas, sino desde la ternura y la escucha de nuestros corazones, sabiendo que enfrentamos miedos, retos, incertidumbres e indiferencias.
Decimo si a la esperanza activa de un mejor mundo con nuestras acciones y testimonio.
Reconocemos que hemos sido parte de la dinámica de destrucción que el Papa Francisco denuncia en la Encíclica Laudato si, humildemente reconocemos que somos parte de la Creación y no dueños.
Nos sentimos invitados a la conversióny al cuidado de la Casa Común con un rostro joven que es protagonista de su propia historia, que reconoce la diversidad cultural y las diferentes realidades sociales.
Manifestamos la inmensa gratitud con Dios nuestro Padre que nos ha hecho partícipes de la creación y reconocemos la importancia de compartir con nuestros hermanos este mundo desde la justicia, el amor y la paz.
Tenemos la convicción de que la transformación de este mundo surge a partir de nuestro cambio de conciencia, alimentada desde la fraternidad y la ternura que nos ayuden a contemplar la creación desde una espiritualidad ecológica.
Al concluir este ENJUVI queremos sumarnos a quienes buscan la dignidad de las personas sin importar gobierno, estatus, preferencia sexual o religión. Aquellos que defienden la vida a pesar de exponer la suya.
Nos sentimos enviados a hacer la revolución de la ternura a través de la escucha, el diálogo de las ideas, a hacer y ser comunidad, a generar un mundo más humano y compasivo, a construir más puentes y ningún muro, a dejarnos y a contagiar a otros con nuestro ejemplo, soñamos con un mundo nuevo y afirmamos con esperanza que si se puede lograr un cambio realizado con nuestras manos que son al mismo tiempo, las manos de Dios”.
Las que asistimos tuvimos una reunión dentro del Encuentro, propusimos una actividad concreta a trabajar en los colegios, y principalmente, hacer conciencia de que todas podemos hacer algo, empezar con aspectos pequeños, no podemos quedar como si nada pasara, es necesario empezar y poco a poco se fortalecerán los proyectos para seguir cuidando nuestro Planeta y también a las personas, especialmente a quienes más nos necesitan. Nuestro deseo es vivir más, más tolerancia, cuidado, solidaridad, paciencia, ayuda, y más amor.
Mariana Arteaga Estrada rjm
¡¡¡SÍ a ser revolucionaria desde la ternura y la escucha de nuestros corazones!!!
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