Nuestra querida amiga “Chili”, nos regala cada vez que vamos a su casa encuentros que sanan y transforman y así fue una vez más el del día 1 de Diciembre. Nuestra amiga está en fase terminal de sida. Su vida es dura: abandono de hijos muy pequeños como consecuencia de las palizas que recibía de su pareja, prostitución, cárcel, sida…. Años de soledad, deterioro personal, tocar fondo muchas veces, tocar su propia fragilidad, enfermedad …. Volver a Pinos. Muchas complicaciones de salud en estos últimos años que le han llevado cada cierto tiempo a ser ingresada en el hospital. Los encuentros con ella son cálidos. Ir a su casa es sentirte en Betania, espacio habitado por su historia integrada, amasada, asumida con sus errores y sus momentos en los que reconoce que han sido de Dios. Cada encuentro con esta mujer es una estampa del evangelio. Esta tarde de Diciembre nos recordaba a María Magdalena… en ese vivir desde la autenticidad, sin tapujos ni mentiras, sino desde su yo más profund